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Si hablamos de un postre delicioso, sencillo y que sorprenda a vuestros comensales, estamos hablando de unos crujientes de vainilla o si preferís unos crujientes de crème brûlée (crema cuajada en el horno a baja temperatura).
Observaréis que vuestros invitados y, lo que es más importante, vosotros mismos, no podréis comer sólo uno.
Se trata de un postre perfecto para saltarse por un día la dieta.
Ingredientes (40/50 crujientes aproximadamente)
8 yemas
150 gr. de azúcar
2 vainas de vainilla
500 gr. de leche
500 gr. de nata
Pasta filo
Necesitamos moldes de silicona de 4 cm (ancho) x 2cm (alto)
Preparación
Calentamos la leche con la nata y la vainilla (abierta, sacando los granitos y la vaina) y dejamos un día en reposo en nevera (es aconsejable hacer la infusión un día antes) si disponemos de tiempo.
Blanqueamos las yemas con el azúcar (no hace falta blanquear en exceso) y dejamos reposar pues NUNCA hemos de cocer en el horno con espuma.
Mezclamos con la infusión de vainilla en frío (si la hacemos el mismo día hemos de dejar enfriar). Llenamos los moldes al límite (un máximo de 2 cm de alto. Se puede hacer algo más ancho -máximo 10-12 cm- pero no más alto).
Cocemos en el horno a 90ºC -100ºC (nunca al baño maría) durante ½ hora. Para saber que están cocidos damos unos golpes en la puerta del horno y cuando se muevan ligeramente ya están. Apagamos el horno y dejamos 5 minutos con el calor residual. Congelamos (imprescindible).
Cuando desmoldamos, los dejamos encima de los moldes, pues si los dejamos encima del mármol se descongelan y los necesitamos bien congelados para hacer los paquetitos. De hecho, una vez desmoldados los volvemos a congelar mientras cortamos la pasta filo.
Pasta Filo: Compramos hecha
Cortamos rectángulos de 12 cm x 15 cm. Hemos de manipular toda la pasta a la vez, pues es delicada y se seca rápidamente. Para evitar que se seque la masa sobrante, podemos congelarla dentro de un tupper.
Cubrimos una tapa de papel film. Envolvemos los paquetitos (ver foto), los ponemos encima de la tapa filmada y volvemos a filmar. Ponemos otra capa de paquetitos y filmamos de nuevo. Congelamos.
Freír: Hemos de freír en aceite de girasol, pues el de oliva nos dejaría mucho sabor y le quitaría protagonismo a la vainilla.
Cuando el aceite esté a 170ºC se ponen a freír los paquetitos por la parte sellada. El aceite no ha de cubrir el crujiente (aprox. un dedo de aceite). Cuando estén dorados les damos la vuelta y cuando estén listos los escurrimos sobre papel absorbente.
Presentación:
Se sirven con el pliegue hacia arriba y espolvoreados con azúcar glas.
Truco: Congelados con pasta filo duran aproximadamente 2 semanas, pero si congelamos sin la pasta filo pueden durar dos meses. Siempre han de cocinarse congelados.