Barcelona se está convirtiendo en la capital del bocadillo
gourmet. En apenas un lustro, una docena de nuevos locales han dotado a esta rama del
fast-food de un estatus que nunca había alcanzado hasta ahora.
El FastGood de Ferran Adrià, a pesar de su corta aventura en la ciudad condal, a la que llegó tras los buenos resultados en Madrid, abrió el camino para las hamburgueserías de alto standing, con una
italian burger que quitaba el hipo.
A pesar del efímero paso de este
más-que-burger de apadrinamiento Adrià, La Burg tomó buena nota de la idea de producto de calidad y, especializándose en la carne picada, ha consolidado un local de éxito demostrando que la fórmula puede funcionar.
En poco tiempo, Barcelona ha visto aumentar su oferta de bocadillos
gourmet. Los favoritos de
MediaRación son:
1 -
Fastvínic (Diputació, 251): Como no sólo de hamburguesas vive el
bocadillero gourmet, este proyecto anexo a Monvínic, el mejor wine-bar de la ciudad -¿del mundo, tal vez?-, ofrece buen producto de proximidad entre pan y pan. Fantásticos los bocadillos de perdiz escabechada, de cochinillo con
chutney de plátano, de pollo asado con ciruelas y piñones, o de trucha de río con hinojo. Para maridar semejantes bocadillazos -por cierto, cada uno con su pan indicado-, una meditada selección de vinos catalanes a copas.
2 -
Sagàs (Pla de Palau, 13): Poco después de Fastvínic hizo su aparición Sagàs, resultado de las sinergias del grupo Sagardi con la sabia asesoría de Oriol Rovira -una merecidísima estrella en Els Casals-. Por supuesto, el magnífico producto de la granja Rovira hace mucho. Eso sí, bocadillos de aquí y de allí, de proximidad y de no tan cerca. En la combinación y el equilibrio está el secreto. En nuestras recomendaciones, unos
bons de cerdo descomunales, un excelente bocata de sardina ahumada, o la butifarra negra con cebolla confitada. Las salsas, de Wilkin & Sons, le dan el toque distinguido.
3 -
La Royale (Plaça Camp, 5): El local que albergó el recordado Can Massana aloja ahora La Royale, una especie de ONU de las hamburguesas, con recetas influenciadas por cocinas de todo el mundo y carnes distintas de las habituales, como el bisonte o el avestruz. A destacar, el acierto en los puntos de cocción y la hamburguesa de ternera Angus con aguacate, maíz tierno, queso Edam, tomate y chile.
4.-
La Pepita (Còrsega, 343): En la frontera del barrio de Gràcia encontramos La Pepita, una propuesta entre divertidas tapitas y platillos, que ve la luz gracias a Sergio Andreu y Sofia Boixet, recién llegados de su etapa parisina. Para honrar el nombre del local, una buena oferta
pepitera, con opciones tan interesantes y atrevidas como el de su bocata estrella: morcilla con manzana. Si nos ha quedado un hueco, atentos al arroz con leche con confitura de pimientos del piquillo.
5 -
El Filete Ruso (Enric Granados, 95): Los creadores en 2008 del proyecto de hamburguesería
gourmet La Burg pensaron que podían darle una vuelta de tuerca a la filosofía del primer local. Crearon para ello este Filete Ruso, con la misma concepción de calidad en la materia prima, pero añadiéndole las pautas del movimiento
Slow-Food. No es que La Burg se fuera muy lejos a buscar sus carnes -la mayor parte son del valle del Esla-, pero El Filete Ruso se queda en los cercanos Pirineos. Además de las más habituales de buey y ternera, muy recomendable la de cordero de raza ripollesa a la brasa con
calçots, todo ello sobre focaccia del Forn Baluard.
Y ya que estamos, aunque poco tenga que ver con una hamburguesería, no sería justo no hacer constar en esta relación la hamburguesa de la barra del Coure... ¡imprescindible!